Antes de hablar directamente de la terapia de pareja en sí, me gustaría situar en contexto el origen de las relaciones y de ahí cómo surgió la terapia para las parejas.
Es cierto que anteriormente, existieron muchas formas diversas en donde el ser humano se relacionaba (grupos, familias, comunidad…). Todas estas formas, estaban sujetas al contexto social y medioambiental de las diferentes épocas por las que el ser humano ha ido transmutando.
Todas estas relaciones son muy interesantes, pero en este escrito me gustaría centrarme en la terapia de pareja (TP) y sus orígenes.
Las relaciones de pareja como tal y se conocen hoy en la actualidad, más o menos, vieron la luz con la aparición de la monogamia. Aunque hay que mencionar, que el concepto de la fidelidad hacia el otro era exigido en su mayoría para las mujeres, mientras que a los hombres se les permitía mucho más salirse de esa fidelidad. Aunque, hoy día, el tema pareja como se consideraba hace décadas y siglos ha ido evolucionando afortunadamente, a medida que se eleva la conciencia humana social, dando lugar a un concepto de pareja dinámico y respetuoso para cada miembro de la pareja.
Para hacer algo de historia, podemos hablar de los años 20, en Alemania, con la creación de la primera Consejería matrimonial, de la que por ahora se tenga conocimiento. A raíz de ésto, le siguió EEUU y poco a poco fue cogiendo más fuerza y aunque, en sus inicios fueron ligados a intereses ideológicos y políticos, más adelante, en los 50 comenzaron a valorar mucho más los problemas psicológicos dentro del contexto familiar.
En estos comienzos, la función de consejero/a la llevaban a cabo de manera poco formal (amigos cercanos, familiares, religiosos, etc.) y fue más adelante, donde la figura del psicólogo como tal se empezó a tener mucho más en cuenta. De tal manera, que en gran parte del mundo, se conceptualizó como terapia de pareja.
Hay que mencionar, que cada vez la sociedad está más inmersa en este tipo de terapia. No sólo por su eficacia, si no por el aprendizaje que la persona a nivel individual hace para futuras relaciones.
Considero muy positivo, la vinculación personal para un buen funcionamiento a nivel social de cada uno, ya sea en pareja, grupos, familia, etc.
La terapia de pareja (TP) propone solventar y entender los conflictos que puedan acontecer en una relación. Además de potenciar aquellas capacidades y habilidades que benefician a la misma. En cada relación, existe una convivencia que está en continuo dinamismo, ya que una relación es lo contrario a estático. Está compuesta por dos personas y cada una de ellas con un transgeneracional (historia, contexto, frustraciones y miedos, etc.), que irán evolucionando con el paso del tiempo, provocando cambios cuantitativos y cualitativos. Es decir, no sólo, se verán esos cambios a nivel físico, si no también a nivel emocional y mental de cada uno de los componentes de la pareja. Lo que se conoce como desarrollo personal. Pero a su vez, hay que entender, que la pareja sería, como otro sistema en donde (A y B) conviven.
Por lo tanto, conseguir pareja puede llegar a ser muy fácil, lo más complicado es mantenerla de forma saludable, respetando los espacios personales y vitales de cada componente de la relación de pareja. Siempre y cuando, el concepto de mantenerla, se entienda en el sentido de convivir desde el respeto y fomentando el crecimiento personal de cada uno, mientras se camina juntos.
Con ésto, no significa que si en una relación hay discusiones, no es una relación saludable. Las discusiones, entendidas como intercambios de ideas y opiniones, donde se exponen y se respetan las posturas del otro, son beneficiosas para el desarrollo de una pareja y es productivo el hecho de que existan.
En las relaciones, cada componente tiene que ir adaptándose a los cambios utilizando las estrategias y recursos que tienen. Sin embargo, cuando estos recursos o estrategias comienzan a no ser los adecuados, se van originando determinados malestares emocionales en cada componente de la pareja y si éstos se acumulan justificándose como “esto forma parte de una relación” a largo plazo, estas acumulaciones emocionales estallan como una olla a presión, e incluso, aparece la aceptación del pensamiento, de que dicha relación, no es “rentable” a nivel emocional, mental y físico. Este proceso de desgaste es lento y además cada componente de la relación lo vive de forma diferente, por lento, una de las funciones de la Terapìa de pareja (TP) es que se encuentren en un punto, para volver a forma un equipo o esa pareja que son.
Es cierto, que muchas veces, se comienza una relación, con unas determinadas expectativas y muchas veces nos engañamos a nosotros/as mismos/as. El entender esta situación, es otra de las funciones de la Terapia de pareja (TP). Es en estos momentos de alto nivel de desgaste, de desilusión, de malestar emocional, de sensación de estar fijados en un punto y sentir que no se avanza, es el aviso en mayúsculas, que te indica, que hay que buscar ayuda profesional, para superar lo que se ve como obstáculos, sin ser nada más, que una falta de estrategias, habilidades o un uso inadecuado de las mismas.
El momento de tomar la decisión de asistir a consulta para una terapia de pareja (TP), no siempre es tan sencillo, de hecho, en consulta, se trabajamos de forma diferente, dependiendo cómo evolucione tal decisión.
Una de las causas que puede ser un Hándicap para iniciar una Terapia de pareja (TP) es el desconocimiento que la pareja o uno de ellos pueda tener sobre la misma. Por lo tanto, mi intención, es aclarar lo máximo posible, esta situación.
Lo ideal es que acudan los dos y tengan una primera consulta ambos, aunque dependiendo de cada pareja habrá momentos en los que uno de ellos tenga que salir de consulta y luego entrar. Es un proceso de lo más común. Si uno de los componentes de la pareja, no quiere asistir a terapia, lo ideal no es obligarle, ni reprocharle que no quiere solucionar la relación, si no proponerle que pruebe al menos una primera asistencia y que después ya decida libremente si seguir o no. Si en este caso, la opción elegida es desistir la continuidad de la terapia, se puede continuar con el miembro que sí desee seguir en terapia, siguiendo con esta persona una terapia psicológica individual, aunque se trabaje el tema de la pareja en paralelo. En varias ocasiones, me ha ocurrido en consulta, que comienzan así y luego asiste el otro componente de la pareja, debido a los cambios positivos que el otro miembro estaba provocando en la misma relación.
Espero haber resuelto, al menos, algunas de las dudas que podáis tener y para cualquier duda podéis comunicaros conmigo haciendo click en contacto o vía whatsapp.