La ansiedad es un término, que hoy día adquiere varios conceptos para referirse a la misma en el vocablo popular, pero realmente vamos a profundizar en sus orígenes y entenderemos mucho mejor todo lo que a ansiedad se refiere.
Este fenómeno, surge con los orígenes de la humanidad, con lo cual, era de carácter universal y como consecuencia se omitió como enfermedad mental, pero todo no queda ahí, ya que sabemos, que hoy día se considera uno de los mayores y más frecuentes trastornos mentales de la sociedad, unida de la mano, de su prima, la Depresión.
En la Grecia moderna (1453), se denominaba, “anesuchia”, que significaba sin tranquilidad o sin calma. Mientras, que en la época romana se refería a ella con el término “anxietas”, que significa duradero de medrosidad, lo que es lo mismo, miedo y angustia. En la Edad Media, y renacimiento, la ansiedad se unía a la melancolía y por lo tanto no se consideraba de importancia sanitaria.
Realmente la conceptualización contemporánea de la ansiedad es relativamente reciente. Lo que hoy se entiende por ansiedad aparece por primera vez incluido bajo la etiqueta de neurosis en el siglo XVIII por William Cullen; este término incluía una serie de alteraciones (irritabilidad, nerviosismo, estado de ánimo deprimido, etc.) que se atribuían a alteraciones en los fluidos neuronales.
En el siglo XIX Freud impulsa la conceptualización de los trastornos ansiosos, al establecer que la ansiedad es el componente central de las neurosis pero de origen no orgánico (vs. Cullen).
La angustia es fundamentalmente un proceso tensional al encontrase el individuo oprimido o amenazado por grandes cantidades de excitación no controlada. Dicha ansiedad estaba originada por la frustración de la activación sexual (energía sexual reprimida). Esta activación en un cierto momento al alcanzar un nivel elevado podría desbordarse apareciendo en la conciencia en forma de síntomas.
Más adelante, saca a la luz, su “teoría de señal de peligro”, donde la ansiedad es una reacción emocional que tiene como función señalar la presencia de una situación peligrosa. Así, la ansiedad pasa de ser el agente del peligro a ser un aviso de dicha amenaza.
En la definición de neurosis se incluyen los síntomas del malestar emocional y los procesos de defensa que actúan contra ellos. Freud distingue dos tipos de neurosis: fóbicas y de ansiedad (histeria).
En 1871 Da Costa describe un cuadro denominado “corazón irritable” que también llevaría su nombre “síndrome de Da Costa” que es muy parecido al ataque de pánico. Mientras en el mismo año Westphal introduce el término “agorafobia”. Sin embargo, más adelante, el síndrome de angustia recibe otro significado “corazón de soldado” al observarse en soldados durante la I Guerra Mundial.
En la actualidad, el concepto de ansiedad es uno de los más empleados en psicología, pero, es un término, como comentaba al inicio del texto, que se ve empañado por otros más próximos, parecidos o que incluso se solapan entre sí de forma parcial o total. Este hecho puede llevar a una confusión en cuanto a terminología y concepto, que hoy día, aún sigue debatiéndose.
Miedo, temor, fobia, angustia, estrés, activación, preocupación, amenaza, tensión, son algunos de los términos que aluden al mismo significado o a significado cercanos de ansiedad. Por otro lado, hay que mencionar también, que la ansiedad ha sido entendida como reacción emocional, respuesta o patrón de respuestas, rasgo de personalidad, estado emocional, o como forma patológica manifestada mediante síntoma, síndrome o trastorno en sí.
Ansiedad y angustia provienen de la raíz germánica “angh” que significa estrechez y constricción y también malestar o apuro. En el ámbito latino se dividió en dos conceptos:
-Ansiedad (predominio de componente cognitivo)
– Angustia (predominio de componente físico)
Sin embargo, habitualmente se utilizan como sinónimos. Sin embargo, la diferencia entre ansiedad y miedo suele defenderse por gran cantidad de autores. Usando el término miedo en referencia del estado emocional generado por un estímulo externo concreto, presente e inminente, encontrándose por tanto ligado al estímulo que lo genera, propiciando una respuesta inmediata acorde al estímulo amenazante y las posibles respuestas del organismo.
Mientras que el concepto de ansiedad hace referencia a un estado emocional más difuso que el del miedo, que surge sin una fuente externa de amenaza en el momento actual, sino que se espera en el futuro (amenaza de peligro futuro) y por tanto no bien definida o incluso impredecible.
Barlow (1988) defendió que el miedo consiste en una alarma primitiva caracterizada por una elevada activación y alto afecto negativo que surge como respuesta a un peligro presente. Presenta componentes más primitivos, biológicos y automáticos (reacciones de alarma-defensa) orientada al presente. Mientras que definió la ansiedad o “aprensión ansiosa” como una combinación difusa de emociones originadas ante un peligro futuro, respuesta principalmente de tipo cognitivo y orientada hacia el futuro.
En cuanto a la ansiedad, es importante su capacidad anticipatoria. Esta consiste en un aviso de un posible peligro en un futuro, por lo que tiene un importante papel funcional al permitir al individuo prepararse para afrontar dicho problema. Dicho aviso puede ser disfuncional si no existe tal peligro, y por lo tanto, es una amenaza fantasma (no real), ya que la respuesta de ansiedad conlleva un gasto importante de esfuerzo y energía. De esta forma podemos hablar de una ansiedad normal (ante peligros reales) o ansiedad patológica (ante peligros irreales). Pero no es tan clara la diferenciación entre ansiedad normal y patológica. Algunos autores defienden un punto de vista dimensional (la distinción sería meramente cuantitativa), la ansiedad patológica sería más frecuente, más intensa o más persistente que la normal. Otros autores defienden un punto de vista categorial (la distinción sería cualitativa), la ansiedad patológica tendría algunas características intrínsecas que la hacen diferente de la ansiedad normal.