El estrés se inicia ante un conjunto de demandas ambientales (laboral, social…) a las que la persona debe reaccionar de forma adecuada poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento. Cuando esta demanda es excesiva en relación a dichas estrategias que posea la persona surgirán una serie de diferentes reacciones para intentar adaptarse a dichas situaciones y serán interpretadas como algo negativo y desagradable y de ahí sólo habrá un paso para la ansiedad, frustración e ira y depresión.
Por este motivo, si justo ahora está pasando usted por una situación similar es momento de pedir ayuda a un profesional y ampliar sus estrategias de afrontamiento para confrontar las diversas situaciones estresantes que se le presenten en su vida.