¿Cómo saber si tus hijos están sufriendo tu divorcio? Pautas y asesoramiento para padres en divorcio. Que no sufran tus hijos.
En España el número de divorcios este último año tuvo una subida casi de un 2% en relación a los últimos años. Es cierto, que la gran mayoría es de mutuo acuerdo, pero aun así, casi siempre se crean conflictos en la pareja a la hora de establecer la división de bienes, pero lo más importante es la custodia, si compartida o no. Este aspecto es muy importante, porque, son los hijos/as a los que se les presenta una situación sorpresa, de cambios y nuevos hábitos. Lo ideal es que este proceso se les facilite todo lo posible.
Cuando los padres llegan a la decisión de separación, puede ser uno de los momentos más difíciles de cualquier hijo/a, pero aún más si se da en la infancia. El objetivo que todos los padres y madres quieren llegar a conseguir es que lo entiendan, lo superen y no les afecte emocionalmente, pero es algo muy complejo y en determinados momentos hay que pedir ayuda profesional, para evitar conflictos y fobias que se pueden desarrollar en la adolescencia o incluso en algunos casos al inicio de hacerse adulto.
El proceso de divorcio es más común de lo que podemos imaginar, ya que es vivido por ellos cómo algo no natural. Considerando que su padre y su madre tienen que estar juntos siempre. Por lo tanto es un proceso que les cuesta asimilar y aceptar. Ellos consideran que ese cambio sólo les afecta a ellos y deduciendo que es algo negativo, que solamente les ocurre a ellos.
Realmente, los implicados más directos son los hijos/as y los padres, pero a su vez si seguimos ampliando esa red familiar afectaría a los primeros niveles más cercanos. Es común pensar que los adultos lo llevan mejor, y en cierta medida es correcto, pero cuando este asunto se complica, la situación de los hijo/as es más compleja aún y con mayor probabilidad de manifestar una problemática. Los niños/as suelen sentirse culpables de dicho divorcio, y por ello intentan cambiar algunas conductas, que cuando ven que no tienen el resultado de que sus padres vuelvan a estar juntos, les genera frustración, ira, tristeza y una serie de cambios emocionales, cognitivos y conductuales que habría que interpretar como situación de alerta para una posible intervención con el menor. Lo mejor en estos casos, sería una prevención para que la “futura” intervención se pudiera llevar mejor a cabo.
A continuación a modo de guía para que os podáis hacer una idea de las diferentes necesidades y cambios que puede generar un divorcio en las distintas edades de los hijos/as.
Comenzamos desde 0 años hasta los 2 años, en donde el niño/a debido a su nivel de conciencia y desarrollo no puede saber qué significado tiene la palabra divorcio, ni lo que conlleva. Por lo tanto no asimila los cambios que se están produciendo de una forma adecuada. Sin embargo, si perciben que ocurre algo y sienten angustia y malestar gestionándolo mediante fuertes llantos, irritabilidad, nerviosismo, alteraciones en su ritmo de sueño y alimentación, etc. Como adultos para gestionar esta situación de la mejor forma posible, lo ideal sería que los padres pasaran más tiempo junto con el bebé, de manera frecuente, sin actitud recriminativa, para que éste no lo viva como un abandono.
Seguimos a partir de los 2 a 3 años. En esta etapa es importante entender que el niño está en un proceso de asimilación relacionados con su desarrollo (psicomotricidad fina y sobretodo gruesa: andar, hablar…). Con lo cual, el divorcio puede afectarle en un retraso del hablar, inseguridad al iniciar sus primeros pasos, ciclos del sueño. Percibirá que alguien que vivía con él ya no está y comenzará a pensar e imaginar el momento en que vuelva a casa. En estos casos, lo más acertado sería demostrarle con gestos y palabras cuánto se quiere al niño, que sienta que no tiene culpa o responsabilidad de nada de lo que ha pasado, y que sienta que sus padres pasan el mayor tiempo posible junto a él porque lo aman.
Desde los 3 a los 5 años es una etapa de desarrollo en la que el niño/a tiene su independencia motora y prácticamente completada la fase del control de esfínteres. Se comienzan a producir los inicios del egocentrismo, por lo cual ellos se creen que todo aquello cuanto ocurre a su alrededor tiene relación con ellos y tienden a culpabilizarse y que seguramente sus padres se divorcian porque han hecho algo malo. Si llegan a entender que es un divorcio, en líneas generales (que papá y mamá ya no quieren vivir juntos, etc…). La asimilación de todo este proceso, llega a través de los juegos, las películas, cuentos, etc, en donde ellos harán alguna analogía de su situación. Es importante tener en cuenta que puede llegar a pensar que puede ser abandonado o que vivirá con otras personas. En estos casos, lo más apropiado sería mantener una postura de tranquilización y manifestarles en todo momento que no son responsables ni culpables de esa separación. Explicarles de una forma simple, pero completa qué es un divorcio y presentarle los nuevos cambios y ayudarles y acompañarles en todo momento para que afronten la nueva situación lo mejor que puedan. Muy importante atender a los pensamientos y sentimientos que puedan tener para que no sean distorsionados.
En la etapa de los 6 a los 12 años, los niños/as suelen imaginar diferentes situaciones, tener pesadillas, rememoran momentos en donde sucedían discusiones y de momentos complicados, prefieren estar en soledad. También manifiestan pensamientos de abandono. Aunque pueden entender lo que significa un divorcio y mantener una conversación hilada perfectamente y exponer su opinión, muy normal que presenten agresividad y frustración ante la imposibilidad de actuar o de frenar la situación. Es una de las etapas más difíciles para el divorcio. Para actuar en estos casos es interesante y adecuado trabajar en equipo (familia, colegio y todas las instituciones que se estimen para ayudar a la comprensión y asimilación de tal proceso. Sería muy apropiado conversar sobre el tema y aclarar que aunque sus padres no vivan juntos ni mantengan una relación entre ellos de pareja sentimental, siguen siendo sus padres y lo siguen queriendo muchísimo. Acompañarles en ese momento de cambio. Esta etapa es donde más frecuentemente se encuentra en consulta junto con la siguiente.
A partir de los 12 años en adelante hasta finalizar la adolescencia, es un período en el que los hijos/as comienzan a vivir cambios físicos, psicológicos, emocionales y comienzan a ir afianzando sus rasgos de personalidad. Va a depender de la edad concreta en la que se encuentre en ese momento, pero las actitudes más frecuentes pueden ser miedo, soledad, frustración, ira. Tenderán a culpabilizar a sus padres de todo lo ocurrido. Incluso pueden manifestar agresividad hacia ellos mismos (autolesiones, alimentación, estudios…), además de ver en sus padres un comportamiento inadecuado, para ellos muy molesto e irritante. También es muy común que trabajen en varios intentos de unión entre sus padres, planificando planes con la idea de que se reconcilien. Se refugiarán en su grupo de amigos, por eso la red social en este caso es muy importante, una red social de calidad, ya que con ellos canalizarán su frustración. Para actuar en estos casos es muy acertada la normalización, explicando y resolviendo toda duda que pueda quedar pendiente y hacerlos partícipes del proceso en temas como la custodia compartida casa, familia. De esta forma, siente que contáis con su opinión, que lo valoráis con persona y que lo queréis como hijo/a.
Como recomendaciones generales, matizar que si en algún momento vuestros hijos/as manifiestan tales síntomas y conductas y tras una observación no veis mejorías, se recomienda la intervención de un/a profesional para que os asesore a vosotros/as como padres y madres y a trabajar con el niño/a para que el proceso de divorcio sea lo menos influyente posible y se asimile de forma adecuada. Es muy importante para esto, que la relación de los padres sea lo más fluida posible para así facilitar el proceso.
En www.asesoramientopsicologico.com estaremos encantados de atenderos para ayudaros en la aceptación y asimilación de divorcio de vuestro/a hijo/a y proporcionaros las herramientas y estrategias para conseguirlo.