LA AUTOEXIGENCIA: ¿CÓMO LLEGÓ A MI VIDA?
Hacer las cosas lo mejor posible, está bien, pero cuando pasamos la delgada línea que hay entre hacerlo para mejorar, desde mi desarrollo personal generándome en todo momento bienestar, a hacerlo porque mejor, porque esto no es suficiente y me genera todo lo contario a bienestar, porque nunca nada es perfecto. Aquí, justo aquí ya se ha convertido en desadaptativo y obsesivo.
Una de las causas más influyentes de esta autoexigencia que sentimos como una mochila pesada, es debido a las creencias que de pequeños vamos instaurando en nuestros esquemas mentales de como vemos e interpretamos el mundo.
Hay varios puntos a destacar que potencian la carga de la autoexigencia como algo que nos genera malestar y nos consume energía, mucho más allá del espejismo que creemos pensar que es para mejorar:
Perfección:
“Tienes que ser perfecta, si no, no vales nada”
“Hazlo todo bien y no cometas fallos”
“Tienes que destacar en todo”
“Si no eres la/el mejor, no te van a valorar”
Productividad:
“Siempre tienes que estar haciendo algo”
“No hacer nada es de vag@s”
“Mientras más haces, más demuestras tu valía”
“El descanso déjalo para el final, es lo menos importante”
Bondad:
“Primero piensa en l@s demás”
“Pórtate bien, porque si no obedeces, no te van a querer”
“No seas egoísta”
“Olvídate de ti, primero todo lo demás”
Fortaleza:
“No muestres tus emociones, te hacen vulnerable”
“Aguanta y demuestra que eres fuerte”
“Tú puedes con todo”
“No pidas ayuda, eso te quita valía”
CONSECUENCIAS NEGATIVAS DE CARGAR CON LA AUTOEXIGENCIA A NIVELES DESADAPTATIVOS
– Niveles de ansiedad muy elevados, debido al temor de cometer errores y no estar a la altura.
– En el ámbito laboral o académico, puede verse el desgaste que la persona sostiene, debido a la dificultad de delegar y las repetidas comprobaciones que puede hacer en su tarea, incluso, retrasando al máximo la entrega, por temor a que no esté lo suficientemente perfecto.
– Frustración extrema y sentimiento de autoculpa y autoinsuficiencia por los errores que puedan suceder.
– Dificultad a la hora de tomar decisiones, porque siempre quieren elegir la mejor y sienten mucha presión a la hora de elegir.
– Magnificación de sus errores y minimización de sus capacidades y recursos personales para desarrollar una tarea. Nunca se siente bien con su tarea, piensan que puede estar siempre mejor y viven con esa frustración e incertidumbre diaria.
– Sus relaciones sociales y de pareja se pueden ver afectadas debido a esa forma rutinaria de revisión constante de todo para no fallar, dando lugar desde fuera a cierta rigidez.