El Bullying o acoso escolar abarca cualquier conducta o comportamiento continuado en el tiempo, estando presente un maltrato en cualquiera de sus posibles variables (físico, psicológico, social, verbal…) y de un/a menor (acosador/a) hacia otro/a menor (víctima). Este maltrato puede ser únicamente en el ámbito escolar, fuera del mismo o en ambas situaciones. Además añadir, que actualmente con el auge de las redes sociales y el uso de éstas cada más utilizado por los menores, el uso de móviles e internet también se convierten en terreno amenazante. Esta situación, puede darse en presencia de la víctima y del acosador/a o en presencia de más menores.
Algunos ejemplos de este tipo de conductas o comportamiento más comunes son: faltar al respeto, agredir físicamente, insultar, incitar o crear motes humillantes, hablar mal del otro/a para generar cierto rechazo social, amenazas…
El acosador/a se siente superior a la víctima. Evidentemente también existe otra intervención psicosocial sobre el acosador/a que en otro post hablaré sobre el tema.
La pronta detección del bullying y su intervención inmediata puede evitar además de la disminución de daños físicos y psicológicos en la víctima, también evita la peor de las consecuencias como es el suicidio.
¿Cómo podemos llegar a detectar que nuestro/a hijo/a sufre Bullying?
Puede presentar Trastorno del sueño, terrores nocturnos o pesadillas, también puede mantener una conducta de evitación o esconderse generando el “efecto caparazón”, este tipo de comportamiento nos dicen claramente que el niño/a se está escondiendo de una situación traumática. Es muy probable que evite ir al colegio o instituto verbalizando mil excusas o incluso provocarse el vómito, además de disminuir su rendimiento académico. Todos estos síntomas se verán acompañados de un desinterés general del o la menor por sus actividades de ocio. El estado del ánimo y el carácter del niño/a se verá afectado/a notablemente. Estará más irritable e irascible.
Descubrir que nuestro/a hijo/a trae a casa el material escolar roto o dañado, o incluso, que le falten ciertos objetos que el niño/a pedirá que se le compren aludiendo a que lo perdió. Por último, observar si tiene algún tipo de lesión (moratón, arañazo, ropa rota o sucia de manera frecuente…)
En 2014 se hizo una investigación en King´s College London y descubrieron algunos de los efectos psicológicos que pueden llegar a sufrir las personas que sufren Bullying, como por ejemplo síntomas de Distrés, Ansiedad, Depresión, Trastornos psicosomáticos, problemas de socialización y que incluso estos efectos podrían llegar a durar en mayor o menor medida 40 años (dependiendo de la gestión).
Es muy importante que ante cualquier posible sospecha de acoso escolar, se acuda lo antes posible a instituciones y profesionales que puedan ayudar a poner fin a la situación. El Bullying puede darse tanto en colegios e institutos públicos o privados y en diferentes núcleos familiares, por lo tanto no estigmaticemos, ni tampoco hagamos vista “gorda” ante lo evidente.
¿Qué posibles Trastornos puede ocasionar el Bullying?
- Deterioro de la autoestima y el autoconcepto.
- Trastornos de la alimentación
- Trastorno del estrés postraumático
- Somatizaciones (molestias gastroinstestinales, dolores de cabeza…)
- Depresión
- Ansiedad
- Disminución de la atención y concentración
- Trastornos del sueño