Antes de comenzar a hablar quiero hacer una distinción entre el perfil de personalidad narcisista y tener rasgos narcisistas. Aunque pueda parecer que son lo mismo, no es así.
La persona con perfil narcisista se comporta conforme a un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y una falta de empatía, que pueda empezar al inicio de la edad adulta.
Mientras que la persona que tiene ciertos rasgos que encajan dentro de la personalidad narcisista no necesariamente tiene ese perfil estructural de personalidad narcisista. Es decir, no cumple con el patrón completo. Pueden ser personas que definamos como egoístas, que miran por sus intereses, etc…
– Buscan el control total en sus relaciones.
– Demandan atención y admiración 24/7.
– Te hacen sentir que no serías nada sin él/ella.
– No tolera la crítica a ningún nivel.
– Al inicio son amables y encantadores.
– Siempre justifican sus acciones.
Para entender este patrón de personalidad podríamos remontarnos a la infancia de esta persona. Todos/as desde que nacemos tenemos nuestro momento narcisista, en el que demandamos la atención continua y constante de nuestras figuras afectivas más cercanas. Y poco a poco a medida que se crece y se van transitando las etapas de la infancia el/la niño/a va aprendiendo a desvincularse de ciertas atenciones y procesarlas él/ella misma/o.
En el caso de las personas que tienes este tipo de personalidad, no han tenido este reforzamiento en sus demandas cuando eran pequeñas/os y se han convertido en niños/as no “vistos/as”. No han sido atendidos/as y valorados/os. Han tenido que aprender a hinchar su autoestima para equilibrar ese vacío o ausencia de atención, por ellos/as mismos/as. Es su forma de protección ante el mundo y cómo lo aprendieron, tienen que mirar por ellos/as en todo momento.
En el extremo opuesto también podemos encontrar a personas con esta personalidad que se corresponden con niños/as que fueron sobreprotegidos/as en exceso de pequeños/as. A los/as que se les ha hinchado en exceso la autoestima y se sobreentienden que están por encima de los demás.
No piden disculpas debido a su actitud egocéntrica y dominante donde no existe la empatía como tal. Te hará creer que el error es tuyo.
Reconocen las emociones en los/as demás y las utilizan para su propio beneficio, pero no empatizan con ellas.
De lo único que pueden arrepentirse es de no haberlo hecho mejor, llevándolos a la frustración y al victimismo. Pueden incluso llorar, pero no es por empatía hacia ti, es hacia ellos/as. Saben muy bien como utilizar y manejar las emociones de los/as demás para conseguir lo que quieren, y cuando fallan o no lo consiguen, se sienten mal.
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